Miércoles Semana III del Tiempo Ordinario

EVANGELIO

El sembrador salió a sembrar

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 4, 1-20

Jesús comenzó a enseñar de nuevo a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca dentro del mar, y sentarse en ella. Mientras tanto, la multitud estaba en la orilla. El les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas, y esto era lo que les enseñaba: ¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar. Mientras sembraba, parte de la semilla cayó al borde del camino, y vinieron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno rocoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemó y, por falta de raíz, se secó. Otra cayó entre las espinas; estas crecieron, la sofocaron, y no dio fruto. Otros granos cayeron en buena tierra y dieron fruto: fueron creciendo y desarrollándose, y rindieron ya el treinta, ya el sesenta, ya el ciento por uno. Y decía: ¡El que tenga oídos para oír, que oiga! Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor de él junto con los Doce, le preguntaban por el sentido de las parábolas. Y Jesús les decía: A ustedes se les ha confiado el misterio del Reino de Dios; en cambio, para los de afuera, todo es parábola, a fin de que miren y no vean, oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y alcancen el perdón. Jesús les dijo: ¿No entienden esta parábola? ¿Cómo comprenderán entonces todas las demás? El sembrador siembra la Palabra. Los que están al borde del camino, son aquellos en quienes se siembra la Palabra; pero, apenas la escuchan, viene Satanás y se lleva la semilla sembrada en ellos. Igualmente, los que reciben la semilla en terreno rocoso son los que, al escuchar la Palabra, la acogen en seguida con alegría; pero no tienen raíces, sino que son inconstantes y, en cuanto sobreviene la tribulación o la persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumben. Hay otros que reciben la semilla entre espinas: son los que han escuchado la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y los demás deseos penetran en ellos y ahogan la Palabra, y esta resulta infructuosa. Y los que reciben la semilla en tierra buena, son los que escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto al treinta, al sesenta y al ciento por uno.+ Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

La parábola del sembrador quiere mostrar las distintas actitudes de los corazones humanos ante la Palabra de Dios. El camino, donde los pájaros se comen rápidamente la semilla, es una tierra que no deja entrar la Palabra, es un corazón que ya está ocupado en muchas cosas y no tiene espacio, de manera que la Palabra escuchada es inmediatamente olvidada, o sencillamente no es escuchada con interés. El terreno pedregoso, que tiene una capa fina de tierra, recibe la semilla, y la deja germinar, pero por la poca profundidad no retiene la humedad y el sol seca esa plantita que acaba de surgir a la vida. Representa los corazones que reciben la Palabra con gozo, pero que siempre están demasiado pendientes de las dificultades, y no aceptan tener que sufrir algo por amor a Dios; el dolor y los problemas hacen que la Palabra recibida con gozo no les alcance para tener paz, y puede más su necesidad de vivir tranquilos. La Palabra entre espinas no se refiere tanto a las dificultades, sino a los deseos; porque las espinas ahogan a la planta que está creciendo, y del mismo modo, cuando el mundo comienza a atraer el corazón con los bienes y los placeres, el corazón se preocupa por alcanzar estas cosas y la Palabra pierde su atractivo, deja de entusiasmar; el corazón parece aceptar todo lo que dice esa Palabra, pero la Palabra no puede dar frutos de generosidad, de servicio, de entrega. Vemos entonces que en estos tres ejemplos se da la progresión: escuchar, perseverar, dar fruto. En el corazón que es como la tierra fértil se cumplen las tres cosas. Oración: "Toma Señor la tierra de mi vida, rómpela, desmenúzala, ábrela con tu gracia, para que en ella pueda germinar, crecer y dar fruto, tu Palabra de vida. Dame alegría, perseverancia y generosidad para vivir tu Palabra".

“Que el Señor te acompañe en este día y te llene de bendiciones”

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