[¡Si ustedes tuvieran fe..!] Domingo XXVII Tiempo Ordinario Ciclo C


 

 

EVANGELIO

[¡Si ustedes tuvieran fe..!]

Del santo Evangelio según san Lucas 17, 5-10

En aquel tiempo, los apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe". El Señor les contestó: "Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decir a ese árbol frondoso: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', y los obedecería. ¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: 'Entra enseguida y ponte a comer'? ¿No le dirá más bien: 'Prepárame de comer y disponte a servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú'? ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación? Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan: 'No somos más que siervos, sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer' ". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Lc 17, 5-10 Jesús dice a los discípulos que si tuvieran fe como un grano de mostaza, podrían trasladar un árbol sólo con darle una orden. Evidentemente se trata de una metáfora, porque ni Jesús ni sus discípulos, ni siquiera luego de la Resurrección, movieron árboles con una palabra. Jesús evitaba esos signos llamativos que no tuvieran relación con el bien del hombre y sólo realizaba prodigios para liberar a la gente de sus males o para dejar alguna enseñanza. Por lo tanto, Jesús no está invitando a sus discípulos a mover árboles con el pensamiento, sino a buscar un crecimiento de su fe. De hecho ellos mismos le habían pedido que les aumentara la fe. La fe puede desarrollarse poco a poco hasta alcanzar un poder extraordinario, así como del pequeño grano de mostaza puede originarse una planta de grandes dimensiones (Mt 13, 31-32). Este texto expresa de un modo didáctico la posibilidad para el que cree, de realizar lo que humanamente parece imposible. Para el que cree nada sería imposible (Mt 17, 20), así como nada es imposible para Dios (Lc 1, 37; Mc 10, 27), porque el creyente tiene una fuerza y una seguridad que le vienen de una especial participación en el poder divino. Pero este poder que Dios puede concederles no debe hacerles sentir que son grandes o admirables, ya que su poder viene de Dios para servirlo a él como siervos humildes que sólo cumplen con el deber de ser sus instrumentos. Es lo que el apóstol San Pablo expresaba al decir: "¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?" (1 Cor 4, 7). "Esta es la confianza que tenemos delante de Dios por Cristo. No somos capaces de atribuirnos cosa alguna, como propia nuestra, sino que nuestra capacidad viene de Dios" (2 Cor 3, 4-5). Oración: "Fortalece mi fe, Dios mío, para que confíe en tu poder y crea verdaderamente que tú puedes intervenir en este mundo; y lléname de una confianza humilde, que sabe que el poder es tuyo, y que nosotros dependemos de ti".

“Que el Señor te acompañe en este día y te llene de bendiciones”

Feliz y bendecido domingo del Señor!!!

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