[El que los acusa es Moisés, en quien ustedes han puesto su esperanza.] Jueves de la VI Semana de Cuaresma
Jueves de la VI Semana de Cuaresma
EVANGELIO
[El que los acusa es
Moisés, en quien ustedes han puesto su esperanza.]
Del santo Evangelio
según san Juan 5, 31-47
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Si
yo diera testimonio de mí, mi testimonio no tendría valor; otro es el que da
testimonio de mí y yo bien sé que ese testimonio que da de mí es válido.
Ustedes enviaron mensajeros a Juan el Bautista y él dio testimonio de la
verdad. No es que yo quiera apoyarme en el testimonio de un hombre. Si digo
esto, es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y brillaba,
y ustedes quisieron alegrarse un instante con su luz. Pero yo tengo un
testimonio mejor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido
realizar y que son las que yo hago, dan testimonio de mí y me acreditan como
enviado del Padre. El Padre, que me envió, ha dado testimonio de mí. Ustedes
nunca han escuchado su voz ni han visto su rostro, y su palabra no habita en
ustedes, porque no le creen al que él ha enviado. Ustedes estudian las
Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues bien, ellas son las
que dan testimonio de mí. ¡Y ustedes no quieren venir a mí para tener vida! Yo
no busco la gloria que viene de los hombres; es que los conozco y sé que el
amor de Dios no está en ellos. Yo he venido en nombre de mi Padre y ustedes no
me han recibido. Si otro viniera en nombre propio, a ése sí lo recibirían.
¿Cómo va a ser posible que crean ustedes, que aspiran a recibir gloria los unos
de los otros y no buscan la gloria que sólo viene de Dios? No piensen que yo
los voy a acusar ante el Padre; ya hay alguien que los acusa: Moisés, en quien
ustedes tienen su esperanza. Si creyeran en Moisés, me creerían a mí, porque él
escribió acerca de mí. Pero, si no dan fe a sus escritos, ¿cómo darán fe a mis
palabras?”
Palabra del
Señor.
REFLEXIÓN
Jn 5, 31-47
Jesús quiere mostrar que él no es un loco perdido, uno que exige que todos lo
escuchen y lo sigan sin motivo. Por eso dice: "Si yo diera testimonio de
mí mismo mi testimonio no sería válido" (v. 31). Y entonces explica cuáles
son los testimonios que muestran que su misión es auténtica, para que vean que
no es irracional aceptar su Palabra y creer en él. El "testimonio" es
un tema muy presente en todo el evangelio de Juan. El primer testimonio que
presenta Jesús a su favor es el de Juan el Bautista, que había sido un profeta
reconocido y admirado por todo el pueblo. El segundo testimonio son sus obras,
los prodigios que realiza y que son signos de la obra más grande que él viene a
cumplir. Y el tercer testimonio es lo que el Padre ha enseñado en las Sagradas
Escrituras, porque todo lo que había sido anunciado se estaba cumpliendo en su
persona. Sin embargo, estos testimonios no son suficientes para los incrédulos,
porque el testimonio no obliga a creer, no avasalla, no exige; es sólo una
invitación respetuosa y delicada. Los corazones cerrados sólo aceptaban
alabanzas y reconocimientos, pero no desafíos: "¿Cómo pueden creer si
están rindiéndose honores unos a otros y ya no buscan la gloria que sólo viene
de Dios?" (v. 44). En esos corazones, enfermos de vanidad, ningún
testimonio era suficiente, porque en el fondo no les interesaba lo que Dios
pudiera decir, sino lo que sirviera para acariciar esa vanidad enfermiza. Por
eso Jesús reprocha: "ustedes no tienen el amor de Dios" (v. 42). Este
texto nos invita a preguntarnos qué es lo que estamos buscando en la vida, qué
es lo que queremos conseguir, qué es lo que nos preocupa desde que nos
levantamos por la mañana hasta que nos vamos a dormir, cuáles son nuestros
verdaderos intereses. ¿Nos mueve el amor de Dios o nos mueve el orgullo, la
vanidad o el egoísmo? Oración: "Dios mío, toca mi corazón con tu amor para
que deje de preocuparme por cosas vanas y superficiales; sácame de los
intereses torcidos, de las vanidades que me llevan a estar pendiente sólo de mí
mismo. Habita en mí con la fuerza de tu amor, y enséñame a vivir por ese
amor".
“Que el Señor te acompañe en este día
y te llene de bendiciones”
Cuaresma tiempo de conversión
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