[Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al lugar de castigo.] Jueves Semana VII del Tiempo Ordinario
Jueves Semana VII del Tiempo Ordinario
EVANGELIO
[Más te vale entrar manco en la vida,
que ir con las dos manos al lugar de castigo.]
Del santo Evangelio según san Marcos
9, 41-50
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos: "Todo aquel que les dé a beber un vaso de agua por el hecho de
que son de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa. Al que sea
ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en mí, más le valdría que
le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al
mar. Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más te vale entrar
manco en la vida eterna, que ir con tus dos manos al lugar de castigo, al fuego
que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo; pues más te
vale entrar cojo en la vida eterna, que con tus dos pies ser arrojado al lugar
de castigo. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo; pues más te vale
entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al lugar
de castigo, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. Todos serán
salados con fuego. La sal es cosa buena; pero si pierde su sabor, ¿con qué se
lo volverán a dar? Tengan sal en ustedes y tengan paz los unos con los
otros". Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Mc 9, 41-50 Jesús nos invita a
revisar nuestra escala de valores y a descubrir que el Reino tiene tanto valor
que justifica renuncias y sacrificios. El que busca la vida mejor que Jesús
propone no puede dar rienda suelta a todas sus inclinaciones, sobre todo cuando
las propias acciones hacen daño a los demás (v. 42). El evangelio exige un
nuevo estilo de vida marcado sobre todo por una sincera preocupación por el
bien del otro, por un delicado temor que nos lleva a revisar nuestras acciones
para evitar que hagan daño a los demás. Vale la pena leer 1 Cor 8,8-13 para
descubrir una vez más que nuestra libertad está al servicio del amor al hermano
y de su bien. El mismo sentido aparece en el tema de la sal. La sal representa
todo ese conjunto de características que distinguen a los cristianos y que
deben contagiarse cada vez más al mundo (Mt 5, 13). Pero la sal también era
usada en las alianzas como señal de amistad. Por eso el texto dice "tengan
sal y estén en paz con todos". Esto implica que esas características
distintivas de los cristianos son ante todo las actitudes buenas para con el
prójimo. El amor al prójimo da sabor a la vida, hace que la existencia tenga un
sentido luminoso y que valga la pena vivirla: "Con un poco de amor
sobrevivo... Con un poco de amor yo me salvo. Sólo un poco de amor, y soy
algo" (Silvio Rodríguez). Oración: "Señor, no quiero que mi vida
pierda su sabor; quiero una vida que valga la pena, un corazón abierto al
hermano, cuidadoso para no dañar a nadie, deseoso de hacer el bien, amante de
la paz y la unidad, generoso y paciente".
“Que el Señor te acompañe en este día
y te llene de bendiciones”
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