"Los que lo tocaban quedaban curados" Lunes Semana V del Tiempo Ordinario Ciclo C
Lunes Semana V del Tiempo Ordinario
EVANGELIO
Los que lo tocaban
quedaban curados
Lectura del santo
Evangelio según san Marcos 6, 53-56
Después de
atravesar el lago, llegaron a Genesaret y atracaron allí. Apenas desembarcaron,
la gente reconoció en seguida a Jesús, y comenzaron a recorrer toda la región
para llevar en camilla a los enfermos, hasta el lugar donde sabían que él
estaba. En todas partes donde entraba, pueblos, ciudades y poblados, ponían a
los enfermos en las plazas y le rogaban que los dejara tocar tan sólo los
flecos de su manto, y los que lo tocaban quedaban curados.
Palabra del
Señor.
REFLEXIÓN
Viendo a Jesús
curando tantos enfermos, los que creemos que Jesús está vivo nos preguntamos
porqué no puede hacer hoy esos prodigios. La realidad es que también hoy puede
hacerlos, y de hecho muchas personas se curan a través de la oración o
creciendo en la vida espiritual. Pero así como Jesús no curó a todos los
enfermos de su época tampoco hoy lo hace; porque lo más importante de su misión
no es curar enfermedades físicas, sino salvar el corazón del hombre. En aquella
época eran necesarios los muchos prodigios porque la gente exigía que un
profeta confirmara su misión con milagros; pero su misión no era la de hacer
milagros, sino la de salvar al hombre del pecado y liberarlo en la cruz, de sus
males más hondos. Por eso mismo, el evangelio de Marcos nos cuenta
insistentemente que Jesús pedía secreto luego de hacer un milagro (3, 12; 5,
43, etc.). Todos, tarde o temprano, por más que se curen muchas veces, terminan
muriendo, porque no están hechos para este mundo. Pero pueden morir vacíos y
enfermos por dentro, o pueden morir llenos del amor y la fuerza de Dios que
serán su tesoro para toda la eternidad. De todos modos, Jesús resucitado sigue
teniendo poder también para curar nuestras enfermedades físicas, sobre todo
cuando se derivan de problemas interiores, de odios, de rencores, de enfermedades
"del alma". Por eso nosotros podemos pedir con fe a Jesús que nos
cure o que cure a nuestros seres queridos. Oración: "Señor Jesús, te
entrego mi cuerpo débil; sánalo y protégelo de la enfermedad. Pero sobre todo
entra en mi corazón con tu gracia y libérame del rencor, de la tristeza, del
egoísmo, y de todos los males profundos que no me permiten vivir cada día en
paz, alegría y amor".
“Que el Señor
te acompañe en este día y te llene de bendiciones”
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