[La boca habla de lo que está lleno el corazón.] Domingo VIII Tiempo Ordinario Ciclo C


 

Domingo VIII Tiempo Ordinario Ciclo C

EVANGELIO

[La boca habla de lo que está lleno el corazón.]

Del santo Evangelio según san Lucas 6, 39-45

En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: "¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: 'Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo', si no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la paja del ojo de tu hermano. No hay árbol bueno que produzca frutos malos, ni árbol malo que produzca frutos buenos. Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de las zarzas, ni se cortan uvas de los espinos. El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues la boca habla de lo que está lleno el corazón".

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Lc 6, 39-45 En estos versículos Lucas aplica a los discípulos lo que en el evangelio de Mateo se aplica a los fariseos: la posibilidad de ser guías ciegos y árboles malos (Mt 15, 14, 7, 16- 17). De esta manera se nos advierte que también nosotros podemos caer en la hipocresía que Jesús criticaba a los fariseos, también nosotros, a pesar de haber escuchado el mensaje del Señor y de haber gustado su Palabra, podemos caer en el culto de la apariencia, en el deseo de dominar a los demás, en el permanente control de los pecados y errores ajenos. Por eso aquí se nos invita a estar atentos para no convertirnos en jueces de los demás, pero incapaces de descubrir y reconocer los propios errores. Cabe destacar que estas palabras están a continuación de la invitación a ser compasivos, porque con la medida que usemos para medir a los demás seremos medidos nosotros (v. 38) Pero, por otra parte, se nos muestra también que esta capacidad de ser compasivos en el juicio sólo puede brotar de un corazón bueno, porque "de lo que rebosa el corazón habla la boca". Sólo de un corazón repleto de misericordia pueden salir palabras de compasión, sólo un corazón transformado por la misericordia de Dios puede evitar juzgar a los demás. El corazón en la Biblia es la sede de las decisiones más profundas, más auténticas, las verdaderas opciones y no las aparentes. Eso nos indica entonces que sólo puede evitarse el juicio sin misericordia cuando, con la gracia de Dios, y reconociendo la misericordia que Dios ha tenido con nosotros, tomamos una decisión clara, auténtica y sincera de ser compasivos con los demás, y no cuando sólo hacemos intentos voluntariosos sin estar realmente convencidos de que el prójimo debe ser mirado con los ojos compasivos de Dios. Oración: "Sana Señor mi corazón duro, oscuro y negativo frente al hermano; libérame de ese impulso interior de señalar, comentar y resaltar todo lo negativo de la vida ajena. Enséñame a mirar a los demás como hermanos, hijos de tu amor, para ser comprensivo y paciente ante sus caídas".

“Que el Señor te acompañe en este día y te llene de bendiciones”

Feliz y bendecido domingo del Señor!!!

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