Bienaventurados vosotros, los pobres. Domingo VI Tiempo Ordinario Ciclo C


 

Domingo VI Tiempo Ordinario Ciclo C

EVANGELIO

Bienaventurados vosotros, los pobres.

Ay de vosotros los ricos

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 6, 17. 20-26

En aquel tiempo, al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón. Entonces Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo: ¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece! ¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados! ¡Felices ustedes, los que ahora lloran, porque reirán! ¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y los proscriban, considerándolos infames a causa del Hijo del hombre! ¡Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo. ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los profetas! Pero (ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas! ¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos profetas!

 Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

A diferencia de Mateo, Lucas coloca este discurso en una llanura. Pero sabemos que Mateo habla de la montaña por el valor simbólico que tiene como lugar de encuentro con Dios. Lucas nos insiste en la gran cantidad de discípulos y en la multitud del pueblo que venía de todas partes buscando a Jesús, no sólo judíos, sino también los paganos de la zona de Tiro y Sidón (ver 10, 13-14). Las bienaventuranzas que nos presenta Lucas no se caracterizan tanto por actitudes interiores, como la mansedumbre, la pobreza de espíritu o la pureza de corazón, como en Mateo 5. Lucas se dirige más bien a los pobres a secas, los que pasan hambre y lloran en su miseria y su angustia, los desterrados y despreciados por la sociedad. A ellos se les promete un premio celestial abundante, se les ofrece una esperanza que puede darles alegría en medio de la angustia y los desprecios, porque pueden saberse especialmente amados. Al mismo tiempo, para que no queden dudas sobre esta preferencia de Dios por los pobres, Lucas menciona también los reproches a los ricos, satisfechos y aplaudidos por la sociedad, y se les dice que no pueden poner esperanza alguna en ese poder mundano, porque esas glorias humanas no valen nada a los ojos de Dios. De hecho todo el evangelio de Lucas insiste en esta predilección de Dios por los que no tienen dónde apoyarse y por los que tan sólo pueden recostarse en él. Oración: "Ayúdame Señor, para que pueda mirar con tus ojos a los pobres, hambrientos y despreciados. No permitas que mi corazón se endurezca ante el dolor ajeno, no me dejes caer en la mediocridad del egoísmo, de la vanidad y la indiferencia".

“Que el Señor te acompañe en este día y te llene de bendiciones”

Feliz y bendecido domingo del Señor!!!

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