El Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados - Viernes Semana I del Tiempo Ordinario
Viernes Semana I del
Tiempo Ordinario
EVANGELIO
El Hijo del hombre
tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados
Lectura del santo
Evangelio según san Marcos 2, 1-12
Unos días después,
Jesús volvió a Cafarnaún y se difundió la noticia de que estaba en la casa. Se
reunió tanta gente, que no había más lugar ni siguiera delante de la puerta, y
él les anunciaba la Palabra. Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre
cuatro hombres. Y como no podían acercarlo a él, a causa de la multitud,
levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero
descolgaron la camilla con el paralítico. Al ver la fe de esos hombres, Jesús
dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. Unos escribas que
estaban sentados allí pensaban en su interior: ¿Qué está diciendo este hombre?
¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios? Jesús,
advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: ¿Qué están pensando? Qué es
más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o
"Levántate, toma tu camilla y camina"? Para que ustedes sepan que el
Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al
paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. El se
levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos. La gente quedó
asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: *Nunca
hemos visto nada igual.
Palabra del Señor.
En todo este capítulo
Jesús se enfrenta a los fariseos y maestros de la ley, laicos fanáticos de las
leyes judías, que controlaban permanentemente a la gente para ver si las
cumplían o no. Los fariseos eran más políticos y los maestros de la ley más
estudiosos, pero ambos se sentían perfectos, sabios, separados del resto de la
gente. Hoy sabemos que no todos los fariseos de aquella época eran así, sino
que había un grupo fanatizado y muy poderoso que buscaba humillar a Jesús para
que la gente no lo admirara tanto. En este texto los maestros de la Ley
critican a Jesús porque perdonó los pecados al paralítico, y recordaban que el
perdón sólo puede venir de Dios. Pero Jesús se presenta con el poder de dar el
perdón del Padre, y cura al paralítico para dar un signo de la autenticidad de
su misión. Porque en aquella época se consideraba que Dios no podía darle poder
para hacer milagros a un hombre pecador. Por eso mismo, para evitar que la
gente creyera en Jesús, algunos terminaban diciendo que el poder de Jesús venía
del demonio (Lc 11, 14-15). En el paralítico podemos reconocer nuestras propias
parálisis, causadas por sentimientos de inferioridad, por cansancios, por
egoísmos, por viejas estructuras de nuestra propia vida. Jesús tiene el poder
para dinamizar nuestra vida entumecida. Pero cuando Jesús dice: "Levántate
y anda", está pidiendo al paralítico una decisión personal; ya ha sido
tocado por el poder de Dios, que tuvo la iniciativa, pero debe responder con la
decisión de iniciar una vida nueva. Oración: "Señor, aunque muchas veces
busco signos de tu poder, quiero reconocer desde la fe que tú perdonas mis
pecados, que tú eres el liberador de las peores esclavitudes de mi vida, que
vienen del pecado".
“Que el Señor
te acompañe en este día y te llene de bendiciones”
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